La orientación financiera “preventiva” e “independiente” es un acompañamiento profesional, objetivo y personalizado, que ayuda a tomar decisiones antes de poner el dinero en riesgo, asegurando que se entiende bien lo que se está haciendo, por qué y para qué.
Es un proceso de diálogo, educación, análisis y acompañamiento. Es preventiva porque se anticipa a los errores comunes del inversor inexperto: miedo, euforia, modas, falta de liquidez, etc. Y es independiente porque no representa a ninguna entidad financiera, aseguradora, ni cobra comisiones por vender productos financieros. El único interés es ayudar a las personas.
Sirve para proteger el patrimonio y diseñar una estrategia que encaje a cada perfil de inversor, no con los intereses del banco o de terceros. Se trata de orientar, ayudar y, en definitiva, ayudar a resolver problemas que a veces pasan desapercibidos por el cliente no habituado a la inversión:
- Comprar en el pico del mercado o vender en una caída.
- Invertir sin tener un plan (es como conducir sin frenos ni dirección).
- Adquirir los productos financieros que se necesitan no los que nos tratan de vender.
- Invertir con conocimiento sin miedo y alejado de las suposiciones.
- Tener una estrategia alineada con los objetivos que se persiguen.
- Mantener la calma en momentos de volatilidad y convulsiones macro-económicas.
- Invertir sabiendo dónde, cuándo y con qué nivel de riesgo…
Por su parte, algunos beneficios que proporciona, son:
- Objetividad sin conflicto de interés: El orientador independiente no tiene productos que "tiene que venderte", como los bancos.
- Diseña una cartera a medida: Las propuestas de posibles inversiones se adaptan a tu perfil de riesgo, edad, situación familiar y objetivos.
- Diversificación inteligente: Se reduce el riesgo al invertir en distintas áreas según una estrategia clara.
- Aprovechamiento de oportunidades del mercado: Tienes acceso a información y análisis que el público general no maneja.
- Evitas errores comunes: Como vender en pánico o invertir en burbujas sin fundamentos.
- Acceso a instrumentos menos convencionales: Como fondos indexados, ETFs, REITs (Socimis en España), bonos corporativos, etc.
- Acompañamiento continuo: El orientador facilita las herramientas para poder hacer seguimientos de forma periódica para ajustar las posibles desviaciones no contempladas.
- Planificación fiscal de inversiones: Se minimizan impuestos mediante estructuras adecuadas (fondos, PIAS, planes de pensiones, etc.).
- Ahorro de tiempo: Se delega el análisis técnico y económico a un profesional con experiencia.
- Mayor rentabilidad ajustada al riesgo: La experiencia del asesor suele traducirse en una gestión más eficiente del capital.
La orientación preventiva independiente es el paso más inteligente antes de invertir. No es un gasto: es una protección, una brújula y una guía para tomar decisiones con criterio y seguridad.